Después del feminicidio ocurrido el domingo 14 de mayo en el centro comercial Unicentro, donde Erika Aponte fue asesinada por su pareja Christian Camilo Rincón, su hijo de 8 años quedó huérfano.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) realizó una visita a la casa de los padres del agresor, donde reside el niño, para tomar una decisión sobre su futuro.

El director del ICBF anunció el lunes 15 de mayo que la custodia del menor sería entregada a los abuelos paternos, ya que era con ellos con quienes vivía y tenía un vínculo afectivo estable. La alcaldesa Claudia López manifestó su compromiso de brindar la atención y ayuda necesaria al menor desde el distrito.

Los familiares de la víctima también están de acuerdo con esta decisión, considerando que el niño ha estado más cerca de sus abuelos paternos a lo largo de sus 8 años de vida.