La comunidad del Barrio Juan Pablo II en Soacha, comuna 6, se encuentra en un estado de desesperación debido a las constantes inundaciones y rebosamientos de aguas residuales que han plagado el vecindario durante los últimos 15 días. Los residentes se enfrentan a una situación crítica marcada por los olores nauseabundos, la proliferación de plagas y, lo que es aún más preocupante, el barrio convertido en una trampa de aguas contaminadas.

La falta de respuesta de las autoridades responsables ha sido motivo de indignación entre los afectados. Ni la empresa de acueducto y alcantarillado de Bogotá, ni los funcionarios de la empresa de servicios públicos de Soacha han prestado atención a las llamadas de auxilio de la comunidad, lo que ha dejado a los residentes abandonados a su suerte en medio de la crisis.

Una residente del área, cuya identidad se ha mantenido en el anonimato por motivos de seguridad, expresó su frustración y agotamiento: «Estamos agotados de esta situación. Llevamos más de quince días tratando de lidiar con este problema. Hemos intentado destapar las alcantarillas, pero nuestras acciones han sido insuficientes. Esperamos que los servicios públicos de Soacha finalmente nos presten la atención que merecemos».

Don Luis González, otro residente afectado, manifestó su descontento con el doble rasero en el servicio: «Los recibos de los servicios públicos llegan puntualmente y a un costo elevado, pero a la hora de prestar un servicio adecuado, las autoridades brillan por su ausencia».

La preocupación entre los habitantes se intensifica ante la posibilidad de que las lluvias agraven aún más la situación. Temen que las aguas residuales contaminadas invadan sus hogares, lo que podría exacerbar los riesgos de salud, especialmente para los niños y los adultos mayores, quienes ya están mostrando signos de enfermedades derivadas de esta crisis.

Ante esta emergencia que afecta la calidad de vida de los residentes de Juan Pablo II, la comunidad hace un llamado enérgico a las autoridades pertinentes para que tomen medidas inmediatas y efectivas. Exigen una pronta intervención de los responsables y soluciones concretas que brinden alivio a la situación crítica que están enfrentando. La comunidad no puede ni debe ser abandonada en momentos de necesidad, y su bienestar y seguridad deben ser una prioridad para las autoridades pertinentes.