Los colectivos de Soacha se han convertido en un territorio de inseguridad y zozobra para los pasajeros, quienes enfrentan constantes atracos a plena luz del día. A pesar de las denuncias y la preocupación de la comunidad, las autoridades parecen mostrar poca voluntad para garantizar la seguridad de los usuarios del transporte público en la zona.

En la última semana, se han reportado dos casos de robos en colectivos que han dejado a los pasajeros atónitos y con un sentimiento de vulnerabilidad. El primer incidente ocurrió entre Bosa y La Despensa, cuando dos delincuentes abordaron un colectivo en el CAI y en cuestión de segundos, con armas blancas en mano, arrebataron celulares a los pasajeros de la parte delantera del vehículo. El modus operandi de estos criminales es tan rápido y eficiente que en menos de 30 segundos lograron perpetrar su fechoría.

El día siguiente, en el mismo sector, se presentó un caso similar, pero esta vez los pasajeros se negaron a ser víctimas. Uno de ellos, valientemente, enfrentó a los delincuentes con una varilla, logrando evitar el robo. Sin embargo, la denuncia realizada por una pasajera pone en evidencia una situación alarmante: los conductores de los colectivos han sido amenazados para no intervenir en los robos, so pena de tener sus vehículos dañados o perder el dinero recaudado durante el día.

Estos eventos han despertado la preocupación de la comunidad, que exige una respuesta contundente de las autoridades locales y de la Policía. A pesar de que el CAI se encuentra en la zona, los pasajeros afirman que la presencia policial es prácticamente inexistente, lo que ha permitido que los delincuentes operen con relativa impunidad.

Es imperativo que las autoridades tomen medidas efectivas para frenar la ola de atracos en los colectivos de Soacha y brindar seguridad a los ciudadanos que utilizan el transporte público diariamente. Se requiere una mayor vigilancia policial, patrullajes estratégicos y la colaboración entre la comunidad y las fuerzas del orden para identificar y detener a los responsables.

La inseguridad no solo afecta a los pasajeros, sino también a los conductores y a la economía local, ya que la situación podría llevar a un deterioro del servicio de transporte público y afectar la movilidad en la zona.

La comunidad de Soacha espera una pronta respuesta de las autoridades y un plan de acción efectivo para detener estos atracos y recuperar la confianza en el transporte público. La seguridad de los ciudadanos es una responsabilidad que no puede ser ignorada, y es hora de tomar acciones decisivas para poner fin a esta preocupante problemática.